Hemos escogido 5 de ellos que todavía puedes encontrar y probar en Rusia:

1. La col kolomenskaya es una variedad de col blanca que se crió en el siglo XVIII en el pueblo de Kolomenskoye, no muy lejos de Moscú. Ideal para encurtir y agriar.

2. El sbiten de Suzdal: el primer «té» ruso. Se prepara con agua, miel (tiene que ser local) y varias especias: canela, cardamomo, jengibre, laurel, clavo y hojas de grosella negra.

3. Queso y requesón de Tuva elaborados con leche de yak: la leche de yak es más grasa que la de vaca y tiene un sabor más delicado. Recuerda los nombres de los manjares elaborados con ella: bshtaka (queso de leche entera), aarji (cuajada de leche agria), kuruta (cuajada).

4. El omul del Baikal: un pez raro del género de los peces blancos. Vive en el lago Baikal y en los ríos que confluyen en él. El tierno filete de omul es increíblemente delicioso y no demasiado grasiento. Recomendamos probar el omul ahumado caliente.

5. Mantak de Chukotka: piel y tocino de ballena . El mantac finamente picado se consume crudo, hervido, encurtido y ahumado como aperitivo y con sopa o segundo plato. Sabe como a manteca de cerdo y setas.

Para los partidarios del renacimiento de las tradiciones culinarias rusas, está el restaurante Uhvaten Moscú. Aquí se puede ver a los cocineros en la cocina abierta, preparar fragantes y friables gachas de trigo sarraceno con cabra o setas, hornear un riquísimo pan de calabaza y trigo sarraceno, hacer mantequilla clarificada o el antiguo postre ruso «varenyets».